19 de octubre de 2013

Yellow

Look at the stars,
Look how they shine for you,
And everything you do,
Yeah they were all yellow

ese color, esa palabra, que cuando la pronuncias ocupa todo el aire,
como en su momento, el amor llenaba sus corazones.
sonaba esa canción mientras la hacían suya. minutos antes, de haberse prometido que siempre estarían unidos, ella la cantaba con tanta fuerza que parecía que iba a romperse la voz.
él la escuchaba con atención, moviendo los labios y cantando las notas en el silencio.
rompe a llorar en carcajadas, ríe lágrimas en Do sostenido.
- pero, ¿qué te pasa?
- nada.
- ¿cómo puedes pasar de reír a llorar en un segundo?
- ahora mismo soy feliz.
- yo también. no lloras por eso ¿verdad?
- no, no.
- ¿entonces?
- lloro porque tengo miedo al silencio.
- ¿qué silencio? mi vida, aquí no dejamos que entre el silencio.
- el silencio que puede llegar si algún día me dejas.
- eso no va a pasar.
cerró los ojos, satisfecha.
el escenario de la armonía perfecta se aleja de pronto y él vuelve a estar en el presente. abre los ojos. en su dormitorio, donde meses antes ella gobernaba el aire y los pentagramas dibujaban la más bonita de las melodías.
no era una clave de sol lo que reinaba entonces la partitura, si no ella, ella era la música, era la letra y a lo que él le hacía tan feliz.
hace poco que me dijo que había conseguido reunir en una canción, todo lo que ella se había merecido en su día y que no le dio. todo lo que había prometido que le construiría con los cimientos de pentagrama, que se han doblado y caído.
todo lo que ya no es, pero sí fue. y lo fue por mucho tiempo.
como la canción que más veces has escuchado en tu vida, como la canción que más te hace llorar y que escuchas para desahogarte, o como, la que por el contrario, te anima a estar en lo más alto de tu estado de ánimo.todo eso, lo ha conseguido recojer en una sola canción.
aún no la he escuchado, pero parece que allí donde voy, está. me ha dicho que cuando la canta, es para ella.
aunque ésta se niegue a admitir que es suya.

16 de octubre de 2013

"Conocí un día la rosa del aliento de fuego, lloraba por las cicatrices de un pasado destruido por sus
suspiros, derrochaba lágrimas de rubí por su semilla muerta entre su seno espinado, recordaba el solitario destino de un amor abandonado, consumado por las ardientes llamas de su mismo encanto,
clama su fin, espera impaciente el aciago día de su suerte, pero su belleza ha sido capaz de conmover incluso la oscura dama de la muerte.
Vive eternamente la bella rosa, condenada a ser contemplada, sola, mortal, sin venganza, sin destino, sin final."

-Anónimo.

7 de octubre de 2013

Yo sin ti

Yo sin ti no
Yo contigo dos
Yo así soy menos
y Yo aquí, sin ti y así 
quizás, pero.

Tú allí sin mí
Tú. 

6 de octubre de 2013

A la mierda con todo. A la mierda con las etiquetas las contradicciones y mis problemas. Si te apetece cagarte en mis muertos para sentirte más vivo, te aplaudo. Si quieres ser feliz adelante, pero ves sin miedo o te matarás a ti mismo. ¿Tienes un piti? Alíñamelo, que solo no me sienta muy bien. Odio a Led Zeppelin por hacer maravillas. Odio el arte por hacerme sentir bien y mal. Ya lo sé, empezaré a odiar, la gente que odia mucho y quiere poco parece feliz. Y si quiere mucho y odia poco, espera demasiado y no se llevan ni las migas. Pero qué coño, si la anorexia está de moda, y la belleza ahora existe podré soportarlo. Si nunca fuimos suficiente jamás tendré de sobras, aunque vaya sobrada de odio, o de felicidad, o de cualquier otra gilipollez de estas que se inventan ahora. Quizás vaya más fumada de lo que debería para escribir esto o solo esté fingiendo para que pienses "joder, esta tía mola". Yo no molo, soy tan cutre como las cosas que escribo. Simple e ineficaz. La sencillez es bonita pero imposible. Las cosas se complican cuando baja el subidón. Nothing gonna stay forever, they say. But now I'm just a dreamer, and this is my dream, so shut the fuck up.
Y ahora, dejadme de querer, o de no-odiar, y pisad la realidad: estamos hecho de mentiras.

Escribo, porque no sé vivir.

Mientras yo hago mi particular movimiento de dedos (y de caderas) no te das cuenta del tiempo que te robo. De las cosas tan jodidamente productivas que podrías estar haciendo. Pero no, prefieres mi cintura, y en ella morirá tu cordura. Corazón de hierro y cerebro de ladrona. Hija, la astucia de una serpiente y la nobleza de una paloma, me decía. Pero no. Por lo visto son cosas casi incompatibles. La serpiente está hecha para comerse a la paloma, y la paloma para huir de la serpiente. Jamás serán amigas, por mucho que se esfuercen los escritores frustrados de cuentos infantiles, por mucho que lo piense mi abuela. Y es que aunque pique el Sol, los domingos sin manta, series televisivas y él son tan grises como las películas de los 60's. Ay... como me duele. Le quiero muchísimo, y quizás parezca demasiado, pero no lo es si repito que ahora le quiero un poco más que muchísimo. Y mucho más que demasiado. Y quizás, también, bastante más que mucho. O demasiado más que bastante. Me duele todo lo que le quiero cuando no está, y le quiero todo lo que me duele y lo que le amo cuando sí. Y así hasta el caos, que me han dicho que se parece al infinito.