16 de noviembre de 2013

-Ella me dijo una vez que no me enamorara. que eso era una mierda. me pidió que no fuese tan tonto. pero era difícil, me pidió algo difícil. Ella paseaba en los días lluviosos, sin paraguas, con el pelo suelto. yo la miraba a Ella, le miraba a los ojos y no veía absolutamente nada, y yo me asustaba, porque una vez me preguntó que qué veía en ellos y no le supe contestar, pero Ella no se enfadó. nunca lo hacía. pero si sus ojos eran transparentes es porque están hechos para enamorar, porque te imaginas lo que quieres y yo podía ver en ellos todo lo que amaba y odiaba. me hablaba y era feliz, o eso parecía, porque jamás me lo dijo (salvo una vez). si alguna vez la quería ver solo tenía que buscar en el lugar más alejado de lo querían las chicas de su edad, y aún así, había veces que ni la encontraba. y creo que es porque Ella estaba más perdida que los lugares que transitaba. no es ni la más guapa, ni la más delgada, ni la más de nada, pero lo tenía todo. nos reíamos, jugábamos... y siempre me escuchó. con Ella a mí lado yo era la persona más feliz del mundo, pero nadie podía asegurar que Ella también lo fuera. Joder, nunca me dijo que me quería, pero sí que me dijo que no me quería perder, que no se imaginaba un futuro sin mí. me dijo que era la tía más imbécil que conocería en mi vida. y no le quito razón. la he odiado tanto que me dolía: cuando se quedaba mirando con sus ojos transparentes al infinito, y le preguntaba que en qué pensaba y Ella siempre me mentía, me decía que en nada. pero sé que pensaba demasiado. una vez incluso cantamos juntos y Ella lloró, pero no pude adivinar si fue de felicidad o yo qué sé. no podía saberlo. ¿cómo iba a saberlo? yo no estaba a su altura. fumábamos, nos tirábamos en el suelo de la terraza y mirábamos al cielo sin mencionar palabra. a veces hasta giraba la cabeza, me miraba, sonreía y volvía a mirar hacia arriba. y yo me descolocaba, notaba como cada milímetro de mi cuerpo se estremecía y me daban ganas de besarle, de llevármela a cualquier lugar apartado del mundo. yo solo quería que no acabaran esas noches, quedarme con ella así toda la vida. me advirtió más de una vez que no quería hacerme daño, que antes de eso se lo haría a ella misma. me lo dijo mil veces. pero las chicas así duelen, las chicas como Ella no deberían existir, porque te piden que no te enamores, pero enamoran. no sé si se enamoró alguna vez, pero... yo qué sé. jamás sabía lo que hacía cuando no estaba conmigo y jamás me atreví a preguntárselo. me conformaba con que de vez en cuando me dijera que necesitaba verme. no sabría cómo explicároslo... no sé ni describirla. es preciosa, siempre llevaba un libro en el bolso, un paquete de chicles y un paquete de tabaco. supongo que la quería porque se me pasó por la cabeza la remota idea de ayudarla, pero no sabía en qué la podía ayudar. Ella es como la última calada de un porro. es amarga, es el fin. pero te sientes de puta madre con una sonrisa como la suya a tu lado. supongo que por eso estoy así, porque rompí mi promesa, fui tonto, y me enamoré. pero de la chica incorrecta. me enamoré de Ella, y no me quería hacer daño y su sonrisa se fue y no la he vuelto a ver. y ahora pienso que la amo, y que me conformaría con verla una sola vez más pasar por debajo del portal de mi casa, en un día lluvioso como hoy. me conformaría aunque no sonría, aunque no vaya a mi lado. yo ya solo quiero ver su espalda alejarse. solo pido eso.

5 de noviembre de 2013

C'mon.

La gente quiere. Quiere con amor, con rabia, con celos. Las personas quieren y aman, y así viven (o sobreviven). Estamos condenados al amor, a la locura. Hechos con partes de las personas que un día decidimos querer u odiar (que al fin y al cabo es lo mismo), vivimos rodeados de pasión. Las personas quieren con su corazón y, de hecho, pueden querer con él en su totalidad.
El problema es con qué parte de tu corazón quieres a alguien.
El corazón se divide con cada desamor, y en consecuencia le cedemos una mitad de éste a esa persona. El primero le ofrecemos la mitad entera. Al segundo la mitad de la mitad. Al tercero la mitad de la mitad de la mitad... Y así sucesivamente. Puedes quererme, ¿pero qué me dejarás cuando te vayas?

19 de octubre de 2013

Yellow

Look at the stars,
Look how they shine for you,
And everything you do,
Yeah they were all yellow

ese color, esa palabra, que cuando la pronuncias ocupa todo el aire,
como en su momento, el amor llenaba sus corazones.
sonaba esa canción mientras la hacían suya. minutos antes, de haberse prometido que siempre estarían unidos, ella la cantaba con tanta fuerza que parecía que iba a romperse la voz.
él la escuchaba con atención, moviendo los labios y cantando las notas en el silencio.
rompe a llorar en carcajadas, ríe lágrimas en Do sostenido.
- pero, ¿qué te pasa?
- nada.
- ¿cómo puedes pasar de reír a llorar en un segundo?
- ahora mismo soy feliz.
- yo también. no lloras por eso ¿verdad?
- no, no.
- ¿entonces?
- lloro porque tengo miedo al silencio.
- ¿qué silencio? mi vida, aquí no dejamos que entre el silencio.
- el silencio que puede llegar si algún día me dejas.
- eso no va a pasar.
cerró los ojos, satisfecha.
el escenario de la armonía perfecta se aleja de pronto y él vuelve a estar en el presente. abre los ojos. en su dormitorio, donde meses antes ella gobernaba el aire y los pentagramas dibujaban la más bonita de las melodías.
no era una clave de sol lo que reinaba entonces la partitura, si no ella, ella era la música, era la letra y a lo que él le hacía tan feliz.
hace poco que me dijo que había conseguido reunir en una canción, todo lo que ella se había merecido en su día y que no le dio. todo lo que había prometido que le construiría con los cimientos de pentagrama, que se han doblado y caído.
todo lo que ya no es, pero sí fue. y lo fue por mucho tiempo.
como la canción que más veces has escuchado en tu vida, como la canción que más te hace llorar y que escuchas para desahogarte, o como, la que por el contrario, te anima a estar en lo más alto de tu estado de ánimo.todo eso, lo ha conseguido recojer en una sola canción.
aún no la he escuchado, pero parece que allí donde voy, está. me ha dicho que cuando la canta, es para ella.
aunque ésta se niegue a admitir que es suya.

16 de octubre de 2013

"Conocí un día la rosa del aliento de fuego, lloraba por las cicatrices de un pasado destruido por sus
suspiros, derrochaba lágrimas de rubí por su semilla muerta entre su seno espinado, recordaba el solitario destino de un amor abandonado, consumado por las ardientes llamas de su mismo encanto,
clama su fin, espera impaciente el aciago día de su suerte, pero su belleza ha sido capaz de conmover incluso la oscura dama de la muerte.
Vive eternamente la bella rosa, condenada a ser contemplada, sola, mortal, sin venganza, sin destino, sin final."

-Anónimo.

7 de octubre de 2013

Yo sin ti

Yo sin ti no
Yo contigo dos
Yo así soy menos
y Yo aquí, sin ti y así 
quizás, pero.

Tú allí sin mí
Tú. 

6 de octubre de 2013

A la mierda con todo. A la mierda con las etiquetas las contradicciones y mis problemas. Si te apetece cagarte en mis muertos para sentirte más vivo, te aplaudo. Si quieres ser feliz adelante, pero ves sin miedo o te matarás a ti mismo. ¿Tienes un piti? Alíñamelo, que solo no me sienta muy bien. Odio a Led Zeppelin por hacer maravillas. Odio el arte por hacerme sentir bien y mal. Ya lo sé, empezaré a odiar, la gente que odia mucho y quiere poco parece feliz. Y si quiere mucho y odia poco, espera demasiado y no se llevan ni las migas. Pero qué coño, si la anorexia está de moda, y la belleza ahora existe podré soportarlo. Si nunca fuimos suficiente jamás tendré de sobras, aunque vaya sobrada de odio, o de felicidad, o de cualquier otra gilipollez de estas que se inventan ahora. Quizás vaya más fumada de lo que debería para escribir esto o solo esté fingiendo para que pienses "joder, esta tía mola". Yo no molo, soy tan cutre como las cosas que escribo. Simple e ineficaz. La sencillez es bonita pero imposible. Las cosas se complican cuando baja el subidón. Nothing gonna stay forever, they say. But now I'm just a dreamer, and this is my dream, so shut the fuck up.
Y ahora, dejadme de querer, o de no-odiar, y pisad la realidad: estamos hecho de mentiras.

Escribo, porque no sé vivir.

Mientras yo hago mi particular movimiento de dedos (y de caderas) no te das cuenta del tiempo que te robo. De las cosas tan jodidamente productivas que podrías estar haciendo. Pero no, prefieres mi cintura, y en ella morirá tu cordura. Corazón de hierro y cerebro de ladrona. Hija, la astucia de una serpiente y la nobleza de una paloma, me decía. Pero no. Por lo visto son cosas casi incompatibles. La serpiente está hecha para comerse a la paloma, y la paloma para huir de la serpiente. Jamás serán amigas, por mucho que se esfuercen los escritores frustrados de cuentos infantiles, por mucho que lo piense mi abuela. Y es que aunque pique el Sol, los domingos sin manta, series televisivas y él son tan grises como las películas de los 60's. Ay... como me duele. Le quiero muchísimo, y quizás parezca demasiado, pero no lo es si repito que ahora le quiero un poco más que muchísimo. Y mucho más que demasiado. Y quizás, también, bastante más que mucho. O demasiado más que bastante. Me duele todo lo que le quiero cuando no está, y le quiero todo lo que me duele y lo que le amo cuando sí. Y así hasta el caos, que me han dicho que se parece al infinito.

24 de septiembre de 2013

Allí te hallabas, como cada tarde, sentada en u silla roja, mirando su botella azul, ¡como si en ella se fueran a reflejar las palabras! No... Sabes que no es así, eres demasiado lista, pero tu boca y tu bolígrafo no dan para más. ¿Qué intentas, bonita? Ni Bukowski está a tu alcance, sin embargo tu esfuerzo por escribir sobre cosas feas de una forma bonita deja anonadado hasta al más ingenuo. Sabes de sobras que no emplearás palabras tales como "estupefacto" o "afianzamiento", pero... ¡Vaya! Un mosquito acaba de entrar por la ventana, mosquito u otra forma de entretenerse, llamémosle como quieras. Venga, levántate a por el repelente. Recorre el pasillo, cruza el comedor... El borracho de tu padre no está, pero la marca en el sofá de su enorme trasero permanece allí, y da la sensación de que por mucho que tarde en llegar ella le esperará deseosa, esperando a que vuelva a aposentar su culo sobre ella. Habrá ido a por más cerveza, aunque tu gran fantasía es que vaya  a por tabaco, y como en las películas mediocres que emiten en Telecinco un sábado a las tres, no vuelva jamás. Pero eres realista, y volverá. Ah, sí, el repelente... Bueno, no queda. Así que vuelves a tu silla roja, tu botella azul y el bolígrafo negro. The Smiths en los altavoces, a toda hostia. Y un nudo en la garganta -mejor un nudo que un trozo de pan-. Mientras piensas algo por lo que valga la pena escribir se te pasa por la cabeza la frase que oíste días atrás decir a tu profesora de historia: "Lo habréis entendido todo cuando seáis capaces de explicárselo a vuestra abuela y hacer que ella también lo entienda". ¿Recuerdas lo primero que pensaste? "Vaya, yo no sería capaz de explicarme ni al mismísimo Albert Einstein". Miras la hora, las siete y cuarto. Ya hacen ocho horas de tu última comida (un tomate picado, sin aliño, 23 calorías). Haces un esfuerzo por no levantarte y darte un atracón, de esos que ya casi se habían extinguido. Otro cigarrillo, ya van diez colillas en el cenicero. Notas el humo entrar en tus pulmones, cierras los ojos y notas como una cortina de humo invade tu hambre. Apenas recuerdas el principio de toda esta mierda, no sabes cómo descubriste que tansolo te sientes guapa cuando te estás muriendo de hambre por dentro, no sabes cuándo, pero sabes que lo descubriste. Recuerdas lo mucho que te costaba no comer al principio, los atracones, y también los vómitos de después. Eso era lo peor... Notar el amargo sabor del vomito pasar entre tus dientes, la boca agría después y la voz ronca. Recuerdas lo rápido que bajabas de peso antes. Y a pesar del autocontrol que tienes hoy en día, es mucho más difícil. Te consumes casi más rápido que la mierda esa que le metes a tus pulmones, te matas. Pero una cosa la tienes clara: Esta Cenicienta ya pisa con pies de plomo. 

19 de septiembre de 2013

Mamá, ¿ha llegado ya el día? 
El día en que se llene el cielo de colores, y los besos se den en blanco y negro. El día, que menos esperamos, y todos deseamos, en que toda la humanidad crea en La Paz, en el amor, en la belleza. 
Un día cualquiera, pero con más brillo. Menos coches que irrumpan las carreteras. Sí... Me imagino a los altos cargos, yendo en bicicletas fucsia, con cestita, donde sus hijas pequeñas les habrán puesto un caramelo, y un dibujo. Me imagino a todas esas cajeras frustadas, con una sonrisa de oreja a oreja, porque han conocido al amor de su vida. Y también a todos los profesores de institutos de mala muerte, con arrugas y la cara gris (no sé por qué, pero tienen la cara gris, y esto es un hecho) felices, porque un chico ha decidido prestarle atención. 
Me gusta pensar en la gente que estudia, en la que hace lo que quiere, y no por tener un sueldo "digno", o por tener un mejor trabajo. Me gusta ver la gente feliz, sabiendo que su vida es solo suya, que no tomarán ninguna decisión por nadie. Y, sobretodo, me gustaría pensar que algún día conoceré ese mundo lleno de colores, y besos como los de las películas de los años 60, en blanco y negro. 

17 de septiembre de 2013

Ordenando el ático

Tengo la cabeza llena de versos preciosos, que de mucho en mucho me atrevo a ordenar (aunque, siendo sincera, pocas veces lo hago bien). Quizás se deba a las cosas bonitas, al incienso quemándose en la noche, a las novelas románticas a la luz de las velas, las olas chocando entre ellas y sobretodo, quizás se deba a él. Las cosas bonitas hacen que las cosas mediocres parezcan aún más mediocres, más normales, más "yo". Las cosas bonitas son bonitas, y no hay mejor forma de expresarlo que con una obviedad. Las cosas bonitas son las que te arrancan sonrisas en los amaneceres más solitarios de tu vida. Esas que te roban las lagrimas y se encargan de que no vuelvan a florecer en mucho tiempo. Ellas son efímeras, son frágiles, son, pues eso, bonitas.
Y sé, con certeza, que la cosa más bonita que me han regalado, es su sonrisa. Y eso no me lo va a robar nadie, porque se podrá marchar de mi cama mil veces, que yo la recordaré como si estuviera delante, siempre.

13 de agosto de 2013

Confesiones nocturnas

Quiero confesar cuatro cosas:
La primera es que si le aguanto es porque quiero llevarle hasta el cielo, que si me pide espacio me pondré el traje de astronauta, llegaré bien lejos, y le traeré un trocito de vía láctea.
La segunda cosa es que si un genio me concediera tres deseos, besaría al chico de ojos verdes y me sobrarían dos, que se los dejaría a la persona más feliz del mundo, para que vea que yo soy un poco más feliz.
La tercera cosa es que yo comienzo donde acaba su sonrisa, y termino donde pisa su sombra.
La cuarta es que sé que soy una lunática, pero por desgracia hoy es martes.

12 de agosto de 2013

¡Mira mamá, sin mí!

Me he quedado sin recursos, todas mis armas ya están en la hoguera. Delante tuyo, con las manos en alto. ¿Me inspeccionas? Adelante, tampoco encontrarás los vendajes que llevo en el alma. Que claro,  tan grande tenía el amor, y tan pequeño el corazón que de algún modo me iba a estallar. Mi mejor metralleta siempre fue mi labia, pero ahora mi boca te pertenece, ¿no? Anda, ven y calla(me)
Me verás llorar, pero no reír. Las chicas misteriosas nunca fueron lo mío. 

Déjame ser más, y no tan...

A veces la vida tendría que ser más, y no tan.
Ya me entendéis, más llanto después del llanto, así, sin tener que fingir ninguna sonrisa. Un poco menos de coherencia, demos paso a la locura, bailemos por Gran Vía como si de ello dependiera nuestra vida, déjame cantar a pleno pulmón por las Ramblas de Barcelona. No me mires mal, porque a tu mala cara yo le pondré buen tiempo. Y si después de tu tormenta no llega la calma, ven, que te doy una calada de mi felicidad. ¿Qué crees? ¿Que estoy así del aire? Estas cicatrices son hostias que me han dado la vida, pero las que más me duelen son las que no se ven.

Déjame ser más, y no tan...

25 de mayo de 2013

Puestos a descubrir... Inventemos.

La especie humana ha descubierto cientos, miles, de cosas, objetos materiales... Pero no sólo eso. También ha descubierto sensaciones, pero no tenemos la capacidad suficiente para ponerle nombre. Yo lo he hecho, y no ha sido fácil, pero podría descubrir que he descubierto el "vete-pero-vente", el "dame-más-pero-para-ya", y la mejor de todas, he descubierto el "quierodio". Sí, y esto lo sé con certeza, hay un objeto que es el más quierodiable por mí. 
¿Alguien sabe cuál? ¿No? ¿Nadie? 
El columpio. Yo quierodio con todo mi ser los columpios. 
El otro día me subí a uno. Al principio me sentí un poco estúpida, la verdad. Las madres del parque me miraban como si estuviera cometiendo un crimen, aunque sé que por dentro se morían de envidia. Comencé a mecerme, el viento echaba mi pelo hacia atrás, pero todo mi cuerpo tenía la sensación de que iba a contracorriente. Por un instante cerré los ojos,  en cuanto los volví a abrir pensé, por una milésima de segundo podría tocar el cielo, que saltaría, me engancharía a una nube, y me hubiera quedado allí eternamente. Pero el tiempo es efímero, y esa milésima de segundo pasó demasiado rápido. Pisé la realidad con los pies, y recordé la diferencia entre la imaginación y la realidad. La clara diferencia entre la libertad de poder volar en dirección contraria y la opresión de la sociedad para hacernos con moldes. 
Por esa milésima de segundo amé con todo mi ser a ese columpio. Luego, el resto del segundo, lo maldije por no dejarme en esa nube. 

22 de mayo de 2013

Tengo tantas cosas por decir esta noche, tanto dentro... 
Como Neruda podría escribir los versos más tristes esta noche, pero encontrarte ha sido demasiado perfecto. 


Cuestiones y más cuestiones.

¡Atención! ¡Atención! Últimas noticias:
Encuentran rastros de un suspiro en el diminuto corazón de aquella muchacha. Dicen, cuentan, comentan que ha sido precioso, que sonaba tal que las olas pareciesen que se rompían en las rocas, bajo el cielo nublado.
Algunos opinan que ha sido debido a la luna llena, otros al cambio de temperatura tan repentino. Los más optimistas, muy pocos, opinan que la respuesta se puede hallar en la sonrisa del chico de ojos verdes. Pero se ha de decir que apenas queda gente que crea en esos suspiros... Mas sólo ella sabe la respuesta.

20 de mayo de 2013

Hoy tengo ganas de quererte...

Todo muere. Las personas, las flores, los sueños... Todo se marchita y cae rendido bajo su propio peso. Ces't la vie. Pero a pesar de esta trágica noticia, no debemos olvidar que hay algo mucho más importante que la muerte: las ganas. Esas no mueren, ni se marchitan, ni se desvanecen. Esas curan, y hasta a veces desafían a la vanidosa muerte con antojos como '¡Tengo ganas de morir de amor!' o '¡Muero de ganas de matarte a besos!'... Y entonces surge la solución; aprendemos a ser inmortales con el fácil truco de morir cada día de ganas por hacer algo que no nos dio tiempo a hacer ayer.

9 de mayo de 2013

Con la cabeza en otro lado. Contigo.

Me hizo sentir como una auténtica yonki, con la misma dependencia que los drogadictos necesitan cada día su droga. Había veces que ni dormía, sólo esperaba a que él apareciera, con su mirada y su media sonrisa. Las ansias de sentirle ni me dejaban vivir. Había mañanas que parpadeaba infinitas veces y después, me apoyaba sobre su pecho para comprobar que era verdad, que estaba allí, conmigo. Nos emborrachábamos de besos y vivíamos de impulsos recién salidos del corazón. Y sí, puede parecer que ahora mismo esté de pie, pero mis rodillas seguirán temblando cada vez que sepa que él, va a aparecer por la esquina.

5 de mayo de 2013

Yo veo el vaso cansado

Un día, una psicóloga en una clase de ayuda grupal cogió un vaso lleno por la mitad, lo levantó, y en cuanto todo el mundo se disponía a mentir y decir que en efecto, veían el vaso medio lleno, ella no preguntó lo que se correspondía con tal respuesta. En su lugar dijo:
-¿Cuánto pesa este vaso?
Los oyentes se quedaron perplejos, pero todos respondieron, pesaría unos doscientos gramos. Y la respuesta hubiera sido correcta en un laboratorio, pero la psicóloga tenía una respuesta alternativa:
-Por supuesto, este vaso ahora mismo puede pesar doscientos gramos, y mi brazo sabe que pesa eso, pero si estuviera tres horas con el brazo levantado sujetando el vaso, mi brazo puede pensar que el vaso ha multiplicado su peso por cinco. Es más, si me paso el día entero alzando el vaso acabaré con el brazo cansadísimo y no sabré si tengo un brazo o un ejercito de agujetas. Bien, pues esto es lo que hacen nuestros problemas. Si pensamos en ellos diez minutos al día le daremos la importancia que se merecen, si estamos tres horas dándole vueltas quizás parezcan más grandes de lo que son, pero si estamos día sí y día también con ellos en la cabeza al final acabaremos por volvernos locos. 

3 de mayo de 2013

Él era demente y ella de menta.
Estaban en el coche. Una de sus manos en el volante, la otra en el muslo de ella. En su preciosa y casi perfecta pierna. En los semáforos en rojo la contemplaba como se contemplan los paisajes de otoño, con la boca abierta y perdiendo la noción del tiempo. Durante todo el trayecto ella sólo respiraba, su respiración era fuerte, fuerte y preciosa. Queda raro decir que tenía una respiración bonita. De repente le hizo parar el coche, aún no estaban en ningún sitio, pero ella escusó su urgencia con la necesidad de un beso. Ese beso llevó a que la mano derecha de él subiera y subiera, hasta llegar a rozar sus pantalones, cortísimos. Ella le acariciaba la cara. Sin que ninguno de los dos se dieran cuenta ella ya se encontraba encima de él, buscando la posición en la que su rodilla no se encontrara con el freno de mano. Alardeó de saber quitar muy bien el sujetador, bien y rápido. Y en un abrir y cerrar de ojos se encontraron, ella sin sujetador, él sin camiseta y a oscuras, alumbrados tan solo por los focos del coche.

-Sabes a caramelo, las chicas no deberían saber tan dulce. 

29 de abril de 2013

Haces sonar la música en mí.

Incompleta e imperfecta,
como aquel cometa que le tiene miedo a las alturas. 
La vida de un boomerang que al ser
lanzado inicia el viaje y no retorna.
Mi corazón, instrumento por afinar,
deseoso de dar con el músico capaz
de despertar en él las notas más hermosas.
Un alma como espada aferrada en la roca
esperando al dueño que la ha de liberar.

28 de abril de 2013

De Madrid a Barcelona, para oír llover.

Y así, así me quedo yo, con ganas de que vuelvas si aún no te has ido. Con las manos vacías y la cabeza llena de ti... Me quedo sola. Me quedo a medias, porque tú eres mi mitad. Me quedo aquí, y tú te quedas allí. Nos quedamos, pero en singular. Que si estás el tiempo no corre, vuela. Y si te vas éste se dedica a pararse. Porque chico, por mucho que adelante el reloj, las horas pasan igual de lentas. Y sí, creo en el destino, en los milagros y en un futuro desde que llevan tu nombre en mi piel, grabada con el mismísimo fuego de Hades, o eso me parece, si no estás. 
Aunque cada vez tengo más claro, que si te vas es para volver, y que esto sólo va a ser un pequeño oscuro en nuestras vidas. 

22 de abril de 2013

Y otras historias de autobús.


¡Atención!: El texto que encontrarás a continuación puede herir la inteligencia de cualquier persona cuerda. Si eres una de ellas, cierra la pestaña de este blog, no sé qué pintas aquí. 




Me mira. No, no es a mí. Sí, claro. ¿Cómo se va a fijar en mí? ¿Tendré algo en la cara? No. Seguro que le gusto... Es tímido, no se atreverá a pedirme el teléfono  ¿Me acerco? No, que pareceré desesperada. ¡Pero si es lo que eres! Calla, disimula tonta, que se te nota. Uf, no se ha dado cuenta. Mierda, viene. ¿Qué hago? Agacha la cabeza. ¿Por qué se sienta delante mío? Joder, hasta su cabeza es perfecta. Tengo que hacer algo para llamar la atención... ¡Bien, bien! Se levanta. Le está cediendo el sitio a una vieja. Además educado. ¡Qué chico! Lo tiene todo. Y ahora lo puedo presenciar perfectamente. SE ACERCA. ¿Pero qué está haciendo? Tres metros. Dos. Uno. 
Y como no, otro más que pasa de largo. El pivonazo de detrás, como siempre.  

Y mi inteligencia ha llevado a ponerle de título a esto "Y otras historias de autobús" cuando se ve claramente que esto sólo podría pasar en un cercanías. Con razón no me pidió a mí el número de teléfono, con lo tonta que soy... 

Somos escoria.

El ser humano es un problema, y bastante grande. Estamos hechos de contradicciones y conflictos. De peleas y discusiones constantes con nuestra propia mitad (y no hay peor dolor que el de tener a dos personas en un mismo cuerpo). 
Mentimos para que otros confíen en nosotros, perseguimos la felicidad de formas que nos alejan de ella. Cuando nos equivocamos luchamos con uñas y dientes para demostrar que tenemos razón. Y, sobretodo, escondemos nuestro verdadero ser en una interminable persecución de la intimidad.

4 de abril de 2013

3, 2, 1, 0... y -1.

Aunque sepamos que cada dos por tres me quede en las nubes, le gritaré a los cuatro vientos que tú eres mi número uno. Que cuando todo vale cero, ahí estás para cantarme las cuarenta, y decirme que me quieres ver al cien por cien. Por eso, y aunque digan que en Abril, aguas mil, yo siempre he preferido mayo y su Arco Iris. Aunque aún no tenga dos dedos de frente, me mantengo en mis trece siempre que de ti habla el tema.

31 de marzo de 2013

Llenemos los días de vacío. Hagamos el amor bajo nuestro ejército de silencio. Desayunemos la luna y cenemos el amanecer parisino. Saca como conclusión de este día oscuro un gran arco iris. Busca la nada en mi todo. Sé la balada de la tarde, la de después del polvo, y también sé el cigarro de antes de la embestida. Pintemos de transparente estos secretos. Embadúrname de tu droga, príngame de ti.  Y sobretodo, haz que nunca me tenga que tapar los morados del alma con carmín.

17 de marzo de 2013

Que comience la función

El público espera impaciente la entrada del artista. La espera se vuelve eterna. Llevaban todos muchos meses deseando ver cuál sería el protagonista de la Gran Obra, meses preguntándose de qué forma esa entrada espectacular cambiaría sus vidas para siempre.
De repente todas las luces se vuelven oscuras y la gente se emociona. "¡Callad, que comienza!" se oye continuamente entre los espectadores. Todos emocionados esperando la salida del artista. Como no, se hace de rogar y tarda algo más de la cuenta. Pero al cabo de media hora y apenas medio disgusto todos le ven la carita, arrugada y ensangrentada, pero aún así, la madre acaba por emocionarse y no hace ningún esfuerzo por contener las lagrimas.
-Felicidades, es una niña. El parto ha ido muy bien. Nos vemos luego. 
Le dice la comadrona.



Que comience la función de tu vida, preciosa. Haz lo que sea por ser tú la protagonista y no los demás. 

15 de marzo de 2013

Ella ya yace, en trance. Mirando a la nada, mientras esta la contempla desde ningún lugar. Con sus manos cogidas, como si así no se fuera a perder. La mente en blanco y el alma llena de morados, ya negra de sus días grises. Vaga en sus recuerdos mas no encuentra más que trenes perdidos. Ahora ella se ha convertido en una naufraga de su vida. Desaparece y nadie la ve, y cuanto más sola está más segura se siente. Cuanta más gente hay más soledad la invade. 
Y a pesar de que sabe que después de la tormenta siempre llega la calma, tiene muy claro que este temporal es permanente.
Aún así, aquí está, dispuesta a irse otra vez, a ser feliz. Le dice adiós al mundo real, cierra los ojos y desea con todas sus fuerzas que el despertado no vuelva a sonar al día siguiente a las siete de la mañana, como ya su rutina le imponía. Pero a pesar de tener la cabeza en la Luna siempre ha sabido mantener los pies en la Tierra.

Las mata callando.

Los gritos están llenos de rabia, de celos, de placer.
Hay gritos de colores, gritos plenos de días guardados. Gritos confundiéndose con gemidos. Gritos y gritos...
Pero los gritos más dolorosos son los gritos llenos de silencios. Esos no son gritos, son puñaladas.

¿Ya ha pasado el 7?

Sólo tú eliges a qué trenes subir. Si prefieres perder este para coger el segundo, por no llegar demasiado pronto, o mejor coger el de las siete de la mañana para pasar el día entero en el destino. Quizás escogemos el del azar o nos va mejor el de la previsión. Nos fiamos poco de la suerte, salvo cuando tenemos miedo y sólo avanzamos en línea recta si no seguimos la vida, sino el fin. Cometemos errores continuamente escogiendo nuestros trenes, y suele ser por los colores. Más bonito es el verde esperanza, que el negro tragedia. 
Hay trenes para todos, pero no para siempre.  

12 de marzo de 2013

No somos sólo átomos.

Somos mil cosas. Mil millones de cosas. Somos lo que hicimos, y lo que quizás pudimos hacer. También somos eso que nunca supimos. Somos todo lo que no podemos ser. Qué triste parece... Somos lo que no podemos ser.



Pero sobretodo yo soy tu yonki y tú mi droga.

9 de marzo de 2013

Dios en mayúsculas, por si acaso.

Cuenta la leyenda que nosotros, los humanos, fuimos creados con cuatro brazos, cuatro piernas y dos caras, pero eso nos convertía en monstruos egoístas, que necesitábamos el doble de todo. El doble de espacio, el doble de alimento, de agua... Pues bien, un Dios decidió dividirnos en dos. Pero desde entonces nuestra alma quedaba incompleta, así que teníamos que encontrar a nuestra mitad para poder llegar a ser completamente felices otra vez. Sólo esa persona puede hacerte sonreír eternamente.
Pero qué desdichados son aquellos que no encuentran su mitad y mueren siendo medio-felices.

7 de marzo de 2013

Malquiéreme.

Habláis de eso como si lo conocierais, como si alguna vez os hubiera invadido. Porque eso es lo que hace, te invade, se mete dentro de ti, de tu cabeza, te devora el alma y se queda ahí campando tan ancho, como si fuera su casa, que de hecho lo es. Una vez lo has tenido y se ha ido te deja un agujero, uno de estos que no lo tapa otro clavo, de esos que te dejan marcado. O eso dicen.
Algunos creen en su inmortalidad. Otros sencillamente no creen. Muchos ya lo han idealizado en forma humana.
Habláis, criticáis, juzgáis sin saber. Y así nos va. Y es que amar y odiar es exactamente lo mismo, pero en diferentes bandos.

Habláis del amor como si lo sintierais, y yo hablo de vosotros fingiendo que lo he sentido.

5 de marzo de 2013

Hablemos de mí.


Y yo aquí estoy, con Sabina en mis oídos diciéndome que debo tener la falda muy corta, la lengua muy larga y la frente bien alta, cuando se han pasado la 'vida' diciéndome que soy una princesa. ¡Una princesa! Porque ya todos sabemos la historia del sapo verde que si besas se convierte en príncipe azul... Pero, ¿de qué color son las princesas? Yo lo sé. Las princesas son invisibles. Sí, las ponen como las más importantes en la historia, y sólo son parte del decorado. La princesa, el príncipe  el sapo, la bruja, el amante... Todo eso da igual. ¿Qué más da lo que haya en una historia si nadie la contará?
Por eso, mi vida, yo he decidido ponerme el vestido de color rojo puta y empezar a hablar como nunca.
Que esto no se quede en un 'lo intenté'.

4 de marzo de 2013

Perviérteme.

Ven aquí conmigo. Adentráte en la habitación en la que esté, y quítame cualquier cosa que esté haciendo. Cógeme como tú sabes hacerlo, con tus manos en mi cintura y tus labios en mi cuello. Llévame al primer sitio dónde me puedas tumbar. A mí y a ti, a esto. Arráncame la ropa como puedas, si no lo he hecho yo antes. Cómeme a besos el cuerpo. Lámeme el alma y muérdeme el corazón. Hazme sentir como siempre, que con un solo gemido podríamos para la guerra en este mundo.
Ven aquí donde estoy y fóllame. O mejor aún, hazme el amor como sólo tú sabes hacérmelo, sin prisa pero rápido y de puta madre. 
Perviérteme, o déjate pervertir, pero que de esta habitación no salga ni un alma inocente. 

3 de marzo de 2013

Me dueles.

Me encaramo como puedo. Me aferro a cualquier fantasía mejor que esta 'realidad', sabiendo que es eso, una fantasía... Me duele que me digas que me odias y luego que me quieres. Me duele saber que no amanecerás conmigo. Hace daño pensar que provocas mi dolor de cabeza, y al mismo tiempo me lo podrías quitar. Jode decirte que te amo sin el beso de después. El beso. El polvo de reconciliación. la caricia que va de punta a punta de la espalda mientras duermo. Las pizzas chamuscadas. Los paseos por el parque. El sexo en la ducha... Todo me duele. Me dueles, justo aquí, en la patata que tengo justo debajo de la teta izquierda.

Soy inmortal.

Dicen que hago que os comáis la cabeza, que os rayo, que cuando quiero os hago pensar. Chicos, dicen que mis besos en la oreja os hacen estremecer, y que sentís como os lamo el cuello y os hago poner la piel de gallina. Comentan por ahí, que cuando callo me deseáis, y que cuando hablo no podéis hacer nada más que prestarme atención. He oído que de mí dicen que hago sentir, que provoco hasta lágrimas y que  sin mí no pueden vivir. No pienso, no actúo, no soy participe de nada voluntariamente  y sin embargo estoy en todas vuestras vidas.
Sí, soy esa melodía que sube por vuestros auriculares, queridos mortales.


28 de febrero de 2013

Siempre brillaron por su ausencia. Los 'te quiero', digo...



Los labios ya secos, pero de besar aún no se han cansado. Las lágrimas fingidas, que de caer no paran por su mejilla. Los abrazos... los abrazos ya no existen, han desaparecido, como sus hermanas las caricias. Y sus 'te quiero', bueno... ellos jamás existieron. 


21 de febrero de 2013

Se acabó eso de llorar conmigo. Te doy mi hombro y me lo destrozas como una tormenta, de estas que empiezan a las seis de la tarde, con la película de los domingos en la tele y la manta de la resaca en la falda, de esas que te destruyen los cristales. 
Te doy la mano, pero no te conformas ni con el brazo, me arrancas hasta el corazón y más allá. 
Que me he cansado de que me huelan las camisetas a ti y el alma a tus mentiras. 
Vida, que te llevaste todo contigo y tú eras todo lo que tenía.
Me dejas como a medias, si no estás, pero sin el como. Te llevas mi mitad. 

20 de febrero de 2013

Oye...

Mírame que fuerte soy.
Me resbala si follas o fallas. Si estudias o prefieres trabajártelas. 
Si odias los domingos o si vas hablando mal por ahí de mí. Si eres victoria o fracaso. 
Si te sigue faltando cerebro o si te sigue sobrando de ahí abajo. 

No me han quedado cicatrices de la hostia que nos pegamos; ni refugios; ni paisajes. Ni canciones que recordar. 

He vuelto a nacer y he vuelto atrás. Ahora soy invencible, imperfecta, sincera y rápida. Vuelvo a las andadas, que maravilla, ostia, quien me lo diría.

7 de febrero de 2013

Decir tu nombre es deletrear mi destino.

-Princesa, ¿por qué sabes tan bien?
-Cariño, yo sepo a ti, a tus besos, a tus 'te quiero'. Yo sepo a tu cuello. Nosotros, sabemos el uno al otro. Y así, que sea por mucho tiempo, que sea para siempre. Porque tú... Tú sabes a mi destino. Decir tu nombre es provocarme un mini-infarto. Decirlo, es morir de amor por dentro. Cariño, tú eres mi comida preferida. El mejor desayuno que me puedes traer a la cama, un domingo por la mañana. Tú eres mi bendición.