9 de marzo de 2013

Dios en mayúsculas, por si acaso.

Cuenta la leyenda que nosotros, los humanos, fuimos creados con cuatro brazos, cuatro piernas y dos caras, pero eso nos convertía en monstruos egoístas, que necesitábamos el doble de todo. El doble de espacio, el doble de alimento, de agua... Pues bien, un Dios decidió dividirnos en dos. Pero desde entonces nuestra alma quedaba incompleta, así que teníamos que encontrar a nuestra mitad para poder llegar a ser completamente felices otra vez. Sólo esa persona puede hacerte sonreír eternamente.
Pero qué desdichados son aquellos que no encuentran su mitad y mueren siendo medio-felices.