5 de marzo de 2013

Hablemos de mí.


Y yo aquí estoy, con Sabina en mis oídos diciéndome que debo tener la falda muy corta, la lengua muy larga y la frente bien alta, cuando se han pasado la 'vida' diciéndome que soy una princesa. ¡Una princesa! Porque ya todos sabemos la historia del sapo verde que si besas se convierte en príncipe azul... Pero, ¿de qué color son las princesas? Yo lo sé. Las princesas son invisibles. Sí, las ponen como las más importantes en la historia, y sólo son parte del decorado. La princesa, el príncipe  el sapo, la bruja, el amante... Todo eso da igual. ¿Qué más da lo que haya en una historia si nadie la contará?
Por eso, mi vida, yo he decidido ponerme el vestido de color rojo puta y empezar a hablar como nunca.
Que esto no se quede en un 'lo intenté'.