7 de marzo de 2013

Malquiéreme.

Habláis de eso como si lo conocierais, como si alguna vez os hubiera invadido. Porque eso es lo que hace, te invade, se mete dentro de ti, de tu cabeza, te devora el alma y se queda ahí campando tan ancho, como si fuera su casa, que de hecho lo es. Una vez lo has tenido y se ha ido te deja un agujero, uno de estos que no lo tapa otro clavo, de esos que te dejan marcado. O eso dicen.
Algunos creen en su inmortalidad. Otros sencillamente no creen. Muchos ya lo han idealizado en forma humana.
Habláis, criticáis, juzgáis sin saber. Y así nos va. Y es que amar y odiar es exactamente lo mismo, pero en diferentes bandos.

Habláis del amor como si lo sintierais, y yo hablo de vosotros fingiendo que lo he sentido.