22 de abril de 2013

Somos escoria.

El ser humano es un problema, y bastante grande. Estamos hechos de contradicciones y conflictos. De peleas y discusiones constantes con nuestra propia mitad (y no hay peor dolor que el de tener a dos personas en un mismo cuerpo). 
Mentimos para que otros confíen en nosotros, perseguimos la felicidad de formas que nos alejan de ella. Cuando nos equivocamos luchamos con uñas y dientes para demostrar que tenemos razón. Y, sobretodo, escondemos nuestro verdadero ser en una interminable persecución de la intimidad.