20 de mayo de 2013

Hoy tengo ganas de quererte...

Todo muere. Las personas, las flores, los sueños... Todo se marchita y cae rendido bajo su propio peso. Ces't la vie. Pero a pesar de esta trágica noticia, no debemos olvidar que hay algo mucho más importante que la muerte: las ganas. Esas no mueren, ni se marchitan, ni se desvanecen. Esas curan, y hasta a veces desafían a la vanidosa muerte con antojos como '¡Tengo ganas de morir de amor!' o '¡Muero de ganas de matarte a besos!'... Y entonces surge la solución; aprendemos a ser inmortales con el fácil truco de morir cada día de ganas por hacer algo que no nos dio tiempo a hacer ayer.