12 de agosto de 2013

Déjame ser más, y no tan...

A veces la vida tendría que ser más, y no tan.
Ya me entendéis, más llanto después del llanto, así, sin tener que fingir ninguna sonrisa. Un poco menos de coherencia, demos paso a la locura, bailemos por Gran Vía como si de ello dependiera nuestra vida, déjame cantar a pleno pulmón por las Ramblas de Barcelona. No me mires mal, porque a tu mala cara yo le pondré buen tiempo. Y si después de tu tormenta no llega la calma, ven, que te doy una calada de mi felicidad. ¿Qué crees? ¿Que estoy así del aire? Estas cicatrices son hostias que me han dado la vida, pero las que más me duelen son las que no se ven.

Déjame ser más, y no tan...