5 de noviembre de 2013

C'mon.

La gente quiere. Quiere con amor, con rabia, con celos. Las personas quieren y aman, y así viven (o sobreviven). Estamos condenados al amor, a la locura. Hechos con partes de las personas que un día decidimos querer u odiar (que al fin y al cabo es lo mismo), vivimos rodeados de pasión. Las personas quieren con su corazón y, de hecho, pueden querer con él en su totalidad.
El problema es con qué parte de tu corazón quieres a alguien.
El corazón se divide con cada desamor, y en consecuencia le cedemos una mitad de éste a esa persona. El primero le ofrecemos la mitad entera. Al segundo la mitad de la mitad. Al tercero la mitad de la mitad de la mitad... Y así sucesivamente. Puedes quererme, ¿pero qué me dejarás cuando te vayas?